Una mañana apareció una abeja muerta en el patio (bah, patiecito) de mi casa. Me impactó lo enterita que estaba, intacta, perfecta. Como si se hubiera quedado petrificada de golpe. A pesar de la "cosita" que me dan estos bichitos, la levanté con un papel y la entré. La observé durante varios días como queriendo darme cuenta qué era lo que había pasado. Sin embargo, de más está decirlo, no logré saberlo. Finalmente, decidí enterrarla junto a la única flor que tengo en el patiecito, que no es más que la florcita de un yuyo que crece junto al ficus.
No sé qué le puedo aportar al mundo, pero alguien me sugirió entrar al planeta de los blogs, quizás como un refugio o vía de escape para cuando la cabeza (y el alma) parece que nos va a estallar.
jueves, 14 de abril de 2011
lunes, 4 de abril de 2011
Serendipity ("serendipia" en español)
Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado. Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.
En la historia de la ciencia son frecuentes las serendipias. Por ejemplo, Albert Einstein reconoce esta cualidad en algunos de sus hallazgos. También existen casos de serendipias en obras literarias, cuando un autor escribe sobre algo que ha imaginado y que no se conoce en su época, y se demuestra posteriormente que eso existe tal como lo definió el escritor, con los mismos detalles.
El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento tradicional persa llamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip (que era el nombre árabe de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka), solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades.
(Definición tomada de Wikipedia.org)
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